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Todo lo que debes saber sobre los prestamos sin selfie

Hace unas semanas, mientras investigaba sobre tendencias en servicios financieros digitales, me topé con un término que cada vez aparece más: prestamos sin selfie. Como alguien que ha cubierto el sector fintech durante años, me llamó la atención cómo esta modalidad está ganando terreno, pero también las preocupaciones que genera.

¿De dónde vienen los préstamos con selfie?

Para entender el fenómeno de los prestamos sin selfie, primero hay que remontarse a cómo comenzó esta historia. Recuerdo haber hablado con Marta, una analista senior de una fintech mexicana, quien me explicó que la verificación por selfie surgió como respuesta al fraude masivo en préstamos digitales. "Era una solución rápida y efectiva", me dijo mientras tomábamos un café en una conferencia tecnológica.

Sin embargo, lo que comenzó como una medida de seguridad se convirtió en un requisito casi universal. Y aquí es donde entra el cambio interesante: muchos usuarios empezaron a sentirse incómodos compartiendo su imagen facial – algunos por privacidad, otros simplemente porque no tenían un buen teléfono o buena conexión para hacerlo.

Análisis de la nueva tendencia

Después de hablar con varios expertos y revisar casos reales, puedo decir que los prestamos sin selfie tienen sus luces y sombras. Por un lado, están abriendo puertas a personas que antes quedaban fuera del sistema financiero formal. Me contaron el caso de Juan, un trabajador independiente en Oaxaca, quien pudo acceder a un préstamo cuando su teléfono no tenía cámara frontal funcional.

Pero no todo es color de rosa. Aquí viene mi preocupación principal: al eliminar la verificación facial, aumenta el riesgo de fraudes. Hablé con Carlos, un especialista en ciberseguridad, quien me alertó sobre redes organizadas que aprovechan estos sistemas más laxos. "Estamos viendo un incremento en solicitudes fraudulentas, especialmente en plataformas que solo requieren datos básicos," me comentó seriamente.

También descubrí algo curioso: algunas empresas están compensando la falta de selfie con otros métodos de verificación. Por ejemplo, en lugar de tu rostro, pueden pedirte fotos de tus recibos de servicios o estados de cuenta bancarios. Es inteligente, pero también plantea nuevas preguntas sobre privacidad, ¿no creen?

Otro aspecto que me hizo reflexionar fue la brecha digital. Sí, los prestamos sin selfie ayudan a quienes tienen problemas técnicos, pero ¿qué pasa con aquellos que ni siquiera tienen acceso básico a internet? Hablé con Marisol, una emprendedora social, quien señaló que muchas comunidades rurales todavía enfrentan este desafío fundamental.

Reflexiones finales

Después de todo lo que he aprendido sobre los prestamos sin selfie, puedo decir que son una evolución natural en los servicios financieros digitales. Ofrecen mayor accesibilidad y comodidad, pero también traen nuevos desafíos que no podemos ignorar.

Lo que realmente me quedó claro es que no existe una solución perfecta. Cada avance tecnológico trae consigo beneficios y riesgos, y esta no es la excepción. Las empresas deben encontrar un equilibrio entre facilitar el acceso al crédito y mantener la seguridad del sistema.

Si estás considerando un préstamo de este tipo, te recomiendo hacer tu propia investigación. Compara opciones, entiende los requisitos y asegúrate de estar trabajando con una empresa confiable. Al final del día, tanto las selfies como su ausencia son solo herramientas – lo importante es cómo se usan.

Y bueno, después de tantas conversaciones y análisis, creo que lo mejor que podemos hacer es mantenernos informados y críticos ante estos cambios constantes en el mundo financiero. ¿Verdad que nunca imaginamos que llegaríamos a discutir sobre préstamos y selfies? ¡Qué tiempos estos!


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